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Con el uso diario, la cinta de persiana tiende a desgastarse, deshilacharse o incluso romperse, impidiendo que podamos subir o bajar la persiana correctamente. Muchos piensan que para arreglarla es necesario desmontar todo el cajetín, pero lo cierto es que existen formas prácticas de hacerlo sin necesidad de grandes complicaciones.
Para cambiar la cuerda sin desmontar toda la persiana, lo ideal es seguir estos pasos:
De esta manera, se evita desmontar por completo la estructura de la persiana, ya que lo fundamental es sustituir únicamente el elemento dañado.
Para elegir la cinta adecuada, hay que tener en cuenta dos aspectos principales:
● El ancho de la cinta de persiana: Suele variar entre 14, 16, 18, 22 o 23 mm. Lo ideal es medir la cinta antigua para asegurarse.
● El largo necesario: Depende de la altura de la ventana o puerta. Cuanto más alta sea la persiana, más cinta se necesitará.
En caso de duda, siempre es mejor optar por una medida ligeramente mayor, ya que el exceso se puede recortar fácilmente. Además, al comprar un recambio de persianas, muchas tiendas ya ofrecen cintas en diferentes tamaños estándar, adaptadas a la mayoría de instalaciones.
Sí, y de hecho es lo más habitual. Cuando una persiana enrollable deja de funcionar correctamente, no siempre es necesario sustituir todo el sistema. Con un simple recambio de persianas que incluya la cinta nueva, es suficiente para devolver el funcionamiento normal.
Esto aplica tanto a persianas tradicionales de cajetín como a algunos modelos más modernos. En el caso de las persianas venecianas, el mecanismo es distinto porque no llevan cinta de subida, sino cordones especiales que controlan las lamas; aun así, también es posible sustituir solo esa parte sin necesidad de cambiar toda la persiana.
La medida de la cuerda depende de dos factores: la altura de la persiana y el recorrido que hace la cinta desde el eje hasta el recogedor. Una fórmula sencilla es calcular al menos el doble de la altura de la ventana, y añadir un metro extra para asegurar que hay suficiente margen para su instalación.
Por ejemplo, si la ventana mide 1,5 metros de alto, lo recomendable es comprar una cinta de al menos 4 metros de largo. De este modo se evitan problemas de falta de recorrido al instalarla en el recogedor.
En cuanto a los tipos de poleas para persianas, existen diferentes modelos según el mecanismo (con muelle, con rodillo, dobles, etc.), y cada uno influye en la cantidad de cuerda que se debe utilizar. Aunque no es necesario profundizar demasiado en este aspecto, conviene tener en cuenta que la polea también debe estar en buen estado para que la nueva cinta funcione sin desgaste prematuro.
Cambiar la cuerda de una persiana sin desmontar toda la estructura es un proceso sencillo si se siguen los pasos adecuados y se cuenta con el recambio de persianas correcto. Basta con elegir bien la cinta de persiana en cuanto a ancho y largo, comprobar el estado del mecanismo y tensarla correctamente.