Limpiar persianas alicantinas

Limpiar persianas alicantinas

Las persianas alicantinas, además de aportar un toque decorativo rústico y elegante, son prácticas y funcionales, perfectas para proteger del sol y mantener la privacidad. Mantenerlas limpias no solo mejora su apariencia, sino que también prolonga su vida útil, por lo que en esta guía, aprenderás cada cuánto tiempo limpiarlas, cómo hacerlo correctamente y los errores comunes que debes evitar para no dañarlas.

Pasos básicos para limpiar persianas alicantinas correctamente

Aquí tienes un método simple y eficaz para limpiar tus persianas:

  • Retira el polvo: Usa un plumero, un aspirador de mano o un paño seco para eliminar el polvo superficial.
  • Lava las lamas: Mezcla agua templada con un poco de jabón neutro y utiliza un paño húmedo o un cepillo suave para limpiar cada lama. Si están muy sucias, déjalas en remojo durante unos minutos (si están desmontadas).
  • Aclarado: Enjuaga con un paño húmedo limpio para eliminar los restos de jabón.
  • Secado: Seca cuidadosamente con un paño absorbente y deja que terminen de secarse al aire si es necesario.
  • Revisión de mecanismos: Aprovecha para comprobar que los cordones y los herrajes están en buen estado. Si notas algún desgaste, considera sustituirlos o aplicar lubricante si los mecanismos están duros.

¿Cada cuánto tiempo se recomienda limpiar las persianas alicantinas?

La frecuencia con la que debes limpiar tus persianas alicantinas depende de su ubicación y la exposición a factores externos como polvo, humedad o contaminación. Sin embargo, una regla general es la siguiente:

  • Limpieza superficial regular: Se recomienda realizar una limpieza ligera una vez al mes para eliminar el polvo acumulado. Esto evita que la suciedad se incruste y facilita el mantenimiento a largo plazo.
  • Limpieza a fondo: Una limpieza más profunda, que incluya el lavado de las lamas y el repaso de los mecanismos, es ideal cada 3 o 4 meses, especialmente si las persianas están expuestas a la intemperie o en zonas con clima húmedo o polvoriento.
  • Limpieza extra después de lluvias o tormentas: Si las persianas han estado expuestas a condiciones meteorológicas adversas, es recomendable limpiarlas lo antes posible para evitar manchas o deterioro.

Mantener esta rutina no solo mejora su aspecto, sino que también previene daños causados por la acumulación de suciedad o la corrosión de los materiales.

¿Es mejor limpiar las persianas alicantinas instaladas o desinstalarlas para una limpieza a fondo?

Si a la hora de limpiar las persianas alicantinas tu duda surge en si deberías hacerlo con las persianas instaladas o desinstaladas, ambas opciones son válidas, pero la elección dependerá del tipo de limpieza que desees realizar y de tu comodidad:

1. Limpieza con las persianas instaladas:

  • Es la opción más práctica para limpiezas superficiales o rápidas. Puedes utilizar un plumero, un paño húmedo o una aspiradora de mano para retirar el polvo y los residuos sin desmontarlas.
  • Si usas agua y jabón, asegúrate de no empapar las lamas ni los cordones, ya que la humedad prolongada puede afectar los materiales.

2. Limpieza desinstalándolas:

  • Si las persianas necesitan una limpieza profunda, lo mejor es desmontarlas. Esto permite acceder a todas las partes de manera uniforme, limpiar los bordes y revisar los mecanismos de anclaje y los cordones.
  • Al desmontarlas, podrás lavarlas con mayor comodidad, utilizando un cepillo suave, jabón neutro y agua templada. Asegúrate de secarlas completamente antes de volver a instalarlas para evitar la acumulación de humedad.

En general, la limpieza superficial puede hacerse con las persianas en su lugar, pero para mantenerlas como nuevas, una limpieza a fondo desinstalándolas es recomendable al menos un par de veces al año.

¿Qué errores evitar al limpiar persianas alicantinas para no dañarlas?

Aunque limpiar persianas alicantinas puede parecer sencillo, hay ciertos errores comunes que podrían dañarlas o acortar su vida útil. Aquí te indicamos los más importantes para que los evites:

1. No usar productos agresivos:

  • Evita limpiadores con químicos abrasivos o disolventes, ya que pueden dañar el barniz o la pintura de las lamas. Opta siempre por jabones neutros.

2. Utilizar utensilios inadecuados:

  • No emplees cepillos de cerdas duras o esponjas metálicas, ya que podrían rayar la superficie de las lamas. Usa paños de microfibra o cepillos de cerdas suaves.

3. Exceso de agua:

  • Mojar en exceso las persianas, especialmente si están hechas de madera, puede causar deformaciones, hinchazón o la aparición de moho. Si usas agua para limpiarlas, asegúrate de secarlas bien con un paño absorbente.

4. No revisar los mecanismos:

  • Un error frecuente es centrarse únicamente en las lamas y olvidarse de los cordones, los herrajes y los sistemas de anclaje. Estos elementos también deben limpiarse y lubricarse ocasionalmente para evitar que se deterioren o se atasquen.

5. Dejarlas húmedas tras la limpieza:

  • Nunca vuelvas a instalar las persianas si están húmedas. La humedad acumulada puede causar problemas como el moho, la oxidación de los herrajes o el deterioro de los cordones.

6. Falta de protección previa:

  • Si decides limpiarlas sin desmontarlas, protege las áreas cercanas (paredes o ventanas) para evitar salpicaduras de agua o productos de limpieza que puedan causar manchas.

Como ves, la limpieza de las persianas alicantinas es un paso esencial para mantener su funcionalidad y belleza a lo largo del tiempo. Con una rutina de mantenimiento adecuada y evitando errores comunes, podrás disfrutar de tus persianas en perfectas condiciones durante muchos años.

Recuerda, no importa si prefieres limpiarlas instaladas o desmontarlas para un trabajo más a fondo, lo importante es hacerlo con cuidado y utilizando los productos y utensilios adecuados antes de que el pvc comience a amarillear, ya que de este modo será más sencillo limpiarlo. 

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