Qué hacer con las persianas cuando hace mucho viento

Qué hacer con las persianas cuando hace mucho viento

Las persianas enrollables son un elemento esencial en muchos hogares. No solo ofrecen privacidad y control de luz, sino que también ayudan a proteger nuestras ventanas y regular la temperatura interior. Sin embargo, cuando el viento sopla con fuerza, estos elementos, bien sean persianas de aluminio o de madera, pueden enfrentarse a numerosos problemas. A continuación, exploramos qué hacer con las persianas en días de viento y cómo prevenir daños.

¿Cómo evitar que las persianas golpeen con el viento?

El ruido constante de las persianas golpeando contra las ventanas o la pared puede ser molesto y, con el tiempo, puede dañar tanto las persianas como la estructura de tu casa. Así que toma nota porque aquí te presentamos algunas medidas para evitarlo:

  • Asegúrate de que estén bien cerradas: Cuando el viento es fuerte, asegúrate de que las persianas estén completamente bajadas o enrolladas según el tipo. Esto reduce la posibilidad de que se muevan y golpeen.
  • Usa ganchos de seguridad: Si tus persianas tienen la opción de fijarlas con ganchos o pestillos, utilízalos. Esto impedirá que se muevan por la fuerza del viento. Si no cuentas con ellos, puedes comprarlos en cualquier tienda de recambios de persianas.
  • Instala amortiguadores: Algunos modelos permiten instalar amortiguadores o topes que reducen el impacto del movimiento. Estos accesorios son especialmente útiles para persianas enrollables y venecianas.
  • Revisa los cordones o mecanismos: Si las persianas tienen cuerdas o cadenas sueltas, asegúrate de enrollarlas correctamente para que no queden expuestas al viento.
  • Coloca burletes o protectores: En persianas exteriores, los burletes pueden ayudar a sellarlas y minimizar el movimiento.

¿Cómo puede afectar el viento a las persianas?

El viento puede tener un impacto significativo en la durabilidad y funcionamiento de las persianas. Estas son algunas de las formas en que puede afectarlas:

  • Daños estructurales: Las persianas que se mueven constantemente con el viento pueden sufrir deformaciones, grietas o roturas en los paneles y láminas.
  • Desgaste de los mecanismos: El movimiento repetido puede desgastar las piezas mecánicas, como los ejes, cordones o cadenas, haciendo que las persianas sean más difíciles de operar.
  • Ruidos molestos: Las vibraciones constantes pueden producir ruidos que interfieren con el confort dentro del hogar.
  • Daños a la pintura o revestimiento: Si las persianas golpean contra paredes o marcos, el acabado puede deteriorarse, dejando expuestas las superficies al desgaste por intemperie.
  • Pérdida de funcionalidad: En casos extremos, el viento puede arrancar completamente una persiana mal instalada o en mal estado.

¿Qué soluciones existen para proteger las persianas del viento?

Existen diversas opciones para proteger tus persianas y asegurar su durabilidad en condiciones ventosas. Estas soluciones varían desde acciones simples hasta la instalación de sistemas especializados:

  • Instalación de persianas resistentes al viento: Algunos fabricantes ofrecen modelos diseñados específicamente para soportar vientos fuertes. Estas persianas suelen estar hechas de materiales robustos y cuentan con sistemas de anclaje más fuertes.
  • Motores con sensores de viento: Las persianas automáticas con sensores de viento pueden subir o ajustarse de manera automática cuando detectan condiciones desfavorables. Esto no solo protege las persianas, sino que también reduce el riesgo de daños en ventanas.
  • Refuerzo de anclajes: Si tus persianas no tienen sistemas de sujeción fuertes, puedes reforzarlas instalando anclajes adicionales en los laterales o la base.
  • Colocación de cortavientos: Si el viento es un problema recurrente, considera instalar barreras cortavientos en tu propiedad, como setos, cercas o paneles. Estas barreras pueden reducir la intensidad del viento antes de que alcance las persianas.
  • Revisión y mantenimiento regular: Inspecciona tus persianas periódicamente para identificar posibles problemas, como láminas sueltas o mecanismos desgastados, y repararlos a tiempo.
  • Protección temporal: En casos extremos, cuando se esperan vientos muy fuertes, considera desmontar las persianas (si es posible) o asegurar su posición con cintas resistentes o precintos.

 

El viento puede ser un reto importante para mantener las persianas en buen estado, pero con las precauciones y soluciones adecuadas, es posible protegerlas y prolongar su vida útil. Desde medidas simples como asegurar los cordones y cerrar bien las persianas, hasta inversiones en modelos resistentes o sistemas automáticos, hay muchas maneras de minimizar los daños y garantizar que tus persianas sigan cumpliendo su función incluso en las condiciones climáticas más desafiantes.

Ahora bien, si has leído este post tarde y tu persiana ya está rota, tendrás que valorar si vale la pena o repararla o si sería mejor comprar una nueva.

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